Un día sin que te
dieras cuenta, creciste. Empezaste a tomar tus propias decisiones. Y sentiste
que querías cometer tus propios errores. Entonces, tomaste el camino mas
difícil. El que no estaba hecho. Te dedicaste a lo que realmente querías. Te
animaste a ser distinto, escuchaste esa voz que te salía de adentro. Y por
primera vez sentiste que podías. Era tu lucha, tu convicción. Y sin dudarlo,
arriesgaste todo lo que tenias, porque en el fondo sabias que había algo mucho
peor que fracasar. No haberlo intentado...